Ontígola (Toledo)
Abandonadas en el campo manchego, cual fetiche ancestral, se encontraban las botas maravillosas de piel de serpiente. Eran las botas de siete leguas, llamadas así porque esa era la distancia que permitían abarcar con cada zancada. Cualquiera que se las calce no puede parar de recorrer el mundo hasta hallar su destino...
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